Ofrendas nuevas

Las «Ofrendas Nuevas» son la primera ofrenda de la temporada que se coloca en memoria de las personas que fallecieron durante el año previo a estas fechas.

En Ocotepec, las ofrendas nuevas, se caracterizan por su tamaño y gran cantidad de fruta, pan, comida y cosas nuevas que se ponen en el altar. En la mesa principal se forma con fruta y pan el cuerpo que asemeja que el difunto esta acostado, tapado por una tela blanca y encima ropa como si estuviese vestido el difunto, rematado en la cabeza con un cráneo blanco de dulce dulce de azúcar, amaranto o chocolate (estos dos últimos poco se usa). La figura en forma de calavera, suele tener en la frente el nombre de la persona fallecida y en algunos casos, suele estar cubierta por un rebozo, sombrero o gorra, según el tipo, edad y gustos que la persona fallecida tenía de vestir.

En un petate o en otras mesas se pone comúnmente mole, arroz, frijoles, más fruta o comida que fue el gusto del fallecido, así como agua, sal, refrescos, una botella de vino (si el difunto tomaba), cigarros (si acostumbraba fumar), dulces, calabaza en tacha, platos nuevos, jarros nuevos, todo nuevo.

El momento de la colocación de la ofrenda es algo muy íntimo de la persona o personas reunidas que la colocan con sus difuntos, de acuerdo al parentesco o conexión que tenían. Al momento de colocar la ofrenda, se suele primero cubrir la mesa con un mantel blanco y sobre este se va construyendo con ayuda de pan y fruta, la forma como si el difunto estuviera recostado sobre esta.

Este es un momento de emociones encontradas, alegría por -según la creencia- recibir a sus difuntos y de dolor, pues es difícil la separación con el ser fallecido.

Cuando se comienza a poner la ofrenda, es común ver caras con diferentes semblantes, la seriedad predommina, las lagrimas no faltan.

La mesa comienza a colocarse invocando por el nombre a sus difuntos o al difunto principal -en caso de ser ofrenda nueva y posteriormente a los otros difuntos de la familia- y haciéndoles una invitación a ser parte de este convivio preparado en su honor. Anteriormente se decía un discurso en nahualt, ahora solo se hace en español.

Si la familia invitó al rezandero, se hacen las oraciones pertinentes y se suelen lanzar cohetones, algunas familias que tienen la posibilidad, invitan a algún grupo musical, ya sea en este momento u horas más tarde.

Acto seguido, los presentes pasan probar algunos alimentos que las cocineras prepararon para los invitados a poner la ofrenda.

Los de la casa se preparan para recibir a nativos, locales, fuereños y extranjeros que vienen a la cereada.

Y por si fuera poco, el altar esta lleno de flores de tzempōhualxōchitl y muchas velas y veladoras encendidas.

En las ofrendas nuevas es común colocar la ropa y otros accesorios que solía utilizar el difunto de acuerdo a su profesión u oficio, o de las aspiraciones próximas que habría tenido.

También se acostumbra poner con pétalos de flor de muerto un camino que va desde la entrada hasta los pies de la ofrenda.

La familia se prepara para recibir a familiares,amigos, locales, fuereños y extranjeros que vienen a la cereada.

Cabe mencionar que la invocación y el recibimiento de los difuntos se realiza directamente en la mesa en la que se pone la ofrenda, así es la tradición, cabe recalcar esto, ya que «se han inventado que van a recibir a los difuntos a la entrada de la casa con velas encendidas, flores, el sahumerio y una foto de la persona fallecida», estas acciones no están en las «tradiciones previamente conocidas».